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Capitulo Uno
Introducción
La chica y el Lobo
Hay algo bueno en
cada ser, una belleza singular,
Una maravillosidad que lo hace excepcional.
Esa irrepetible relación entre nosotros y el amor,
Semilla virgen que dio vida en el cosmos,
La creación de la creación.
Y así se origino, buscando el equilibrio se desarrollo,
Una maravillosidad que lo hace excepcional.
Esa irrepetible relación entre nosotros y el amor,
Semilla virgen que dio vida en el cosmos,
La creación de la creación.
Y así se origino, buscando el equilibrio se desarrollo,
Es que el universo es tan sencillo de ver
Pero p*** que es difícil comprender.
La esencia de la vida es la simpleza
Pero la nuestra cada vez es más compleja.
La esencia de la vida es la simpleza
Pero la nuestra es tan difícil de ver.
Fluir-Carajo
L
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as lágrimas de Anthony caían lentamente por su mejilla mientras estaba
sentado junto a su Arcanine, frente a las tumbas de sus padres. Ya no tenía
nada, solo podía llorar, no tenía amigos
no tenia familia,
solo podía volver a casa para seguir llorando, se levanto dejando una flor en cada una de las tumbas y acaricio el costado de
su Arcanine caminando lentamente hacia la entrada del cementerio, dio una
última mirada a las tumbas por última vez ese día y cuando volvió su cabeza
para seguir su camino vio una sombra entre los arboles del bosque que rodeaba
el tétrico lugar, decidió acercarse, pensando que no tenía nada que perder y a
lo lejos se encontraba un Pokémon caminando. Su Arcanine caminaba delante y él
seguía pensando en su familia, y en los últimos días, cuando se acercaron un
poco más la silueta de un Mightyena aparecía, dejando bailar su melena en la
suave brisa del verano.
Siguió caminando tras los perros sin importarle nada, ni si quiera sabia
porque lo seguía, él solo se dejo llevar por los pensamientos que su mente
creaba con cada paso. Camino alrededor de una hora, él ya no sabía dónde se
encontraba, pero siguió caminando… hasta que el Mightyena se detuvo frente a un
pequeño arroyo y junto a este en una roca se encontraba una chica completamente
desnuda, de piel blanca y daba la sensación de ser muy suave, una larga melena color
castaño claro y unos ojos verdes. Anthony se apoyo en un árbol y se quedo
viéndola… Hasta que la chica se dio cuenta de su presencia y volteo a mirarlo,
él se sonrojo y luego ella también, no sabía qué hacer, se quedaron mirándose nerviosos.
El Mightyena comenzó a correr y el chico se quedo inmóvil, el perro
venia hacia él y durante unos segundos parecía como si el tiempo comenzaba a
detenerse y el perro dio un salto abriendo su boca con dirección a la cara de Anthony.
El animal se desvaneció antes de dar la mordida y todo se volvió
confuso. El chico miro alrededor buscándola pero ella ya no estaba. Se deprimió
un poco más, porque se dio cuenta de que la presencia de la chica le agradaba,
ya no estaba.
En ese momento sintió unas manos tibias tocando su cintura y luego un
abrazo, un abrazo fuerte y con un sensación de alivio que hacía días no tenia,
volteo y vio a la chica abrazándolo, pero cuando quiso darse la vuelta para
preguntarle quien era, en un parpadear ella ya no estaba, intento escuchar los
posibles pasos de la chica sobre el suelo cubierto de espinas de pino pero no
logro oír nada.
El silencio lo atrapo junto con la noche y comenzó a caminar de regreso,
intentando seguir un camino inexistente, estaba perdido. Siguió caminando sin
dejar de pensar en la chica cuando sintió un golpe en su brazo izquierdo, lo
último que recordó fue un gran oso peleando con su Arcanine y un pantallazo en
su mente de la sonrisa de la chica.
Anthony despertó esa mañana y vio en el balcón de su habitación a su
Arcanine lamiendo sus garras, su pelaje estaba cubierto de las espinas de los
pinos y extrañamente su cama también lo estaba, se levanto y vio su brazo
izquierdo, estaba vendado. Bajó las escaleras todavía en ropa interior y se
sentó en la mesa junto a su padre que leía el periódico desinteresado, su madre
estaba preparando unas tostadas y él seguía sentado, pensando, pero sintió una
fuerte puntada en su brazo y luego en su cabeza y la atmosfera se torno pesada,
sus padres lo miraron y lentamente comenzaron a arder en un profundo fuego hasta
quedar reducidos a cenizas, dio un fuerte grito sentado en la cama, estaba
sudando y el sol ya había salido hace un par de horas, su Arcanine lo
acompañaba junto a su cama, se levanto y comenzó a vestirse, su brazo dolía y
seguía vendado... Bajo las escaleras y preparo un café mientras las lagrimas
caían por sus mejillas, pensando en los días que estaba pasando. Se apoyo en la
ventana y tomo su café, mirando el día, era otro día soleado en el que
cualquier chico andaría feliz y saltando por los primeros días de las vacaciones,
subió y recorrió las habitaciones pensando en esa chica pero sin recordar nada
en concreto, como si todo hubiera sido solo otro sueño confuso, salió afuera y
de su bolsillo saco una Pokeball, metió a Arcanine ahí y luego saco su Pidgeot
y volaron hacia el cementerio.
El vuelo no fue la gran cosa, el sol brillaba, hacía calor, todo estaba
tan animado afuera y su interior estaba muriéndose. Deseaba tanto que sus
padres no hubieran muerto, o que tal vez murieran en otra situación, un día
lluvioso de invierno, así tan solo podría sentir como el paisaje lo acompañaba
en su soledad y tristeza, pero no, el paisaje se burlaba de él, se sintió
pésimo, hasta algo que no tiene vida era más feliz que él.
Sus pensamientos depresivos continuaron por el resto del viaje, bajaron
en la entrada y lo guardo, quería estar solo esta vez.
Sentado frente a las tumbas hablo con sus padres, preguntándose quién
era la chica pero no lo entendía, se volvía confuso, el sol ya no estaba en lo
alto y su estomago comenzó a chillar decidió dar la vuelta para regresar a casa
y comer algo, camino lentamente pateando una piedra, cuando de repente sintió
que algo lo golpeaba en la parte trasera de su cabeza y cayó al suelo
inconsciente.
Sentía el viento de verano acariciar su cuerpo, sentía frio en su pecho
pero continuo con los ojos cerrados,
comenzó a estirarse como si solo hubiera sido una siesta y algo le
pinchaba en su espalda, sentía un peso sobre su torso y comenzó a recordar, abrió
los ojos bruscamente al darse cuenta de que no estaba en su cama y vio a la
chica sentada en él, luego se dio cuenta de que estaba solo con bóxers, la
chica se apartó, él se levantó mientras la miraba.
-Qué bueno que hayas venido a cambiarte el vendaje-ella le sonrió y se
sentó en una piedra jugando con el vendaje anterior manchado con sangre en
algunas partes.
-¿Pero qué rayos te pasa?
-No deberías tratar así a la persona que cuido de ti luego de que ese oso
te ataco…-ella se cruzó de brazos haciendo que sus pechos se marcaran más.
Anthony se sonrojo demasiado y aparto la mirada pero era tarde, el no
pudo controlarse y algo comenzó a crecer en su entrepierna.
La chica soltó una risita y se acerca a él dándole un suave beso en su
mejilla, muy cerca de sus labios. Un Skarmory aparece entre los arboles
soltando un grito y la tensión del momento se apaga, ella tomó su mano y saltó
sobre el lomo del pájaro sentándose y trayendo tras de sí al chico que también
subió dejándose llevar por la bella chica.
Ella dijo algo al Skarmory y comenzó a volar alto, él estaba muy
nervioso, jamás había estado semidesnudo con una chica, mucho menos con alguien
que no conocía, alguien extraña y desnuda, volando por la cuidad en la noche.
Llegaron al balcón de su cuarto, bajó y caminó lentamente de espaldas hacia su
cama, observando la mirada y la sonrisa de la chica, se sentó en su cama y
luego la puerta se abrió, allí entro su madre y comenzó a hablar.
-Apaga todo y acuéstate a dormir que es tarde- él la miro asustado y su
madre se consumió en fuego quedándose en cenizas.
Valió a despertar, sudando y suspiró dándose cuenta de que fue una
pesadilla, llevó sus manos hacia su cara pero antes se da cuenta de que sus
manos están rasguñadas por el bosque, luego tocó su espalda y sintió más
rasguños, se asustó y mira a los lados buscando respuesta y allí estaba la
chica sentada en otra ventana con su melena cubriendo su cuerpo.
Anthony se acercó a la chica lentamente y la tomó por sus hombros
mirándola a los ojos pero sin querer su cabello se corre cuando ella se pone de
frente a él, mostrando sus pechos otra vez y se sonroja demasiado, corre hacia
la cama tirándose boca abajo cubriendo su cabeza con la almohada y gritó:
-¡Solo es un sueño! ¡Vamos despiértate! ¡Despierta!
-No te pongas así… Sabes que esto no es un sueño…
La chica se sentó a su lado y comenzó a acariciar su espalda con cuidado
abrazándolo por detras.
-No te preocupes, estoy aquí, todo estará bien- ella quito la almohada y
le dio un beso en su mejilla abrazándolo fuerte.
Anthony se dejo abrazar desesperado por haber estado solo esos últimos
días, por fin luego de tanto logró sentir el calor de un abrazo, una lagrima
resbalo por su mejilla y siguió llorando, pero con una tranquilidad tan dulce,
así paso la noche, junto a ella durmiendo juntos y abrazados.
***
Los rayos del sol matutino se escabullían por la ventana haciendo bailar
a las partículas de polvo, Anthony despertó abriendo los ojos lentamente y
sonriendo; sintió una tranquilidad que no había sentido antes, vio al Skarmory
y a su Arcanine en el balcón y se sonrojó al recordar a la chica, sintiendo una
mano suave y tibia acariciando su costado. Se dio vuelta y ahí estaba ella
desnuda a su lado sonriéndole. Él le sonrió y dándole un beso en su mejilla y
ella soltó una risita tímida. Se sentó en la cama y se estiro yendo hacia el
armario sin dejar de sonreír, coloco su mano en el armario para abrirlo y
volteo hacia atrás y ella ya no estaba…
-Rayos…-bajo la mirada triste y abrió la puerta del armario, y ahí estaba
la linda chica sonriendo y dándole un beso en su mejilla, sonrío dejándose
llevar y la toma de su cintura con sus manos sacándola del armario de una forma
tierna y comienza a buscar entre su ropa una camisa negra y se la coloca a la
chica con dulzura sonriéndole.
Sacó unos pantalones del armario y se los puso sin dificultad y un poco
nervioso al ver como la chica lo observaba.
La bonita joven puso una mano sobre su hombro y se colocó enfrente
cerrando la puerta del armario con una mirada nerviosa pero a la vez linda. Él
la tomo otra vez de su cintura y comenzó a besarla cerrando sus ojos sintiendo sus labios suaves y apenas húmedos,
la chica le respondió el beso apoyándose los dos en el armario y siguieron
besándose dulcemente. El triste chico ahora estaba feliz y nervioso a la vez,
miro hacia un lado como si estuviera avergonzado de sus actos, pero ella lo
abrazo acurrucándose en su pecho.
Anthony la cargo en el abrazo y la dejo en la cama, sin dejar de tener
esa mirada y esa sonrisa tonta que alguien tiene cuando siente mariposas en el
estomago. Le dio un pequeño beso y salió por la puerta tarareando una canción.
Bajó las escaleras y fue directo a la cocina a preparar el desayuno que después
de tanto tiempo no sería solo para él.
Subió alegremente tarareando otra canción y entro con una sonrisa
buscándola con su mirada tonta pero ni ella ni el ave se encontraban en su habitación,
dejo la bandeja bruscamente sobre el escritorio haciendo que una taza se
rompiera y se tiro en la cama a llorar. La piel de su cara se irritaba al
sentir todas esas lágrimas saladas y completas de tristeza, luego de varios
minutos llorando, sintió como algo le abría su espalda y comenzaba a sangrar
fuertemente, y sus ojos se apagaron sintiendo que le llegaba su hora, todo se
volvió una completa oscuridad.
***
Abrió los ojos lentamente recobrando la conciencia, se encontraba en una
habitación desconocida, pero a la vez típica a la vista. Las paredes blancas,
tres camillas vacías a su alrededor y mas objetos blancos. Sin duda estaba en
un hospital, miro a su costado y vio a su perro sentado junto a la cama con una
mirada que mostraba tristeza al ver a su amo en ese estado pero a la vez
mostraba felicidad al ver que recobraba la conciencia. Se abrazaron fuerte y
lloraron juntos, intento sentarse pero sintió un fuerte dolor, al verse, logro
ver un vendaje que cubría casi todo su pecho y su espalda. Se acomodó de forma
que su espalda no doliera y siguió acariciando a su amigo con mirada perdida
sintiendo el calor de su pelaje.
Una enfermera entro con una bandeja que tenía una especie de desayuno (té
y tostadas) seguido de una Chansey de edad media. El chico sin pensarlo
pregunta:
-¿Qué me paso? ¿Por qué estoy aquí?
-Tenias la espalda abierta cuando te trajeron aquí, al parecer tu sangre
se mantuvo dentro de ti, algunos dijeron que era una especie de magia, deberías
estar muerto ahora, los médicos dicen que solo tuviste suerte, estabas
inconsciente en tu cama cuando te encontraron, según ellos escucharon unos
aullidos e intentaron llamarte pero nadie contesto, intentaron abrir pero fue
imposible hasta que los aullidos cesaron y las puertas se abrieron como si
alguien los llamase en busca de ayuda, tus vecinos te trajeron asustados hasta
aquí lo más rápido que pudieron. Y bueno has estado inconsciente estos doce
días. Los médicos creyeron que fue tu Arcanine, pero al verlo llorar y lamer tu
cara durante todo el tiempo que estuviste aquí les pareció que el perro fue
incapaz de hacer algo así, se nota lo mucho que te quiere, estamos seguros de
que él no lo hizo; él también estaba herido, pero no eran heridas que tu
provocaste para defenderte, tu Arcanine te defendió de algo que al parecer fue
otro de su especie, tiene marcas de garras largas y mordidas al estilo canino
que tu no podrías haber hecho.
Luego de una charla “medica” la enfermera se fue y el chico reviso las
heridas de su fiel compañero, parecía orgulloso de tener las heridas, había
defendido a su dueño y si tuviese que morir por él no lo hubiese dudado, el
chico lo abrazo muy fuerte sin importar el dolor que sentía en su cuerpo, su
compañero de vida había sido herido por su culpa y siguió llorando sin saber qué
hacer.
Se quedaron un rato juntos, sintiéndose el uno al otro sin separarse, Anthony
se dio cuenta de que necesitaba ir al baño así que su Arcanine lo acompaño
hacia la puerta, entro, hizo lo que tenía que hacer y luego comenzó a lavarse
la cara y se miro en el espejo, vio sus ojos rojos de tanto llorar y bajo la
cabeza metiéndola bajo el agua fregando sus ojos fuertemente, levanto su cabeza
y se volvió a mirar en el espejo, y allí estaba la chica sonriéndole a su
espalda, se dio vuelta y tristemente no había nadie allí. Salió del baño
acompañado de su Arcanine otra vez y comenzó a vestirse, salió con su Pokémon
sin que nadie lo vea y camino hacia su casa otra vez.
Caminó, caminó y caminó, hasta llegar, el dolor que sentía físicamente
era totalmente nulo comparado con el dolor sentimental que sentía, el viaje no
le causo dolor alguno.
Se metió en su casa pateando la puerta sin ganas y la cerro de un fuerte
golpe. Corrió escaleras arriba hacia su cuarto y abrió la puerta con otro
golpe, las ventanas estaban destrozadas, el piso y su cama repletos de su
sangre, vio en el armario el dibujo de gotas de sangre ya secas por el tiempo y
sus ojos se fueron de si teniendo un recuerdo, un recuerdo que no le pertenecía
a él, le pertenecía a la hermosa joven.
Ella entraba en el armario jugueteando
con la ropa del chico sorprendida y feliz, luego de un rato allí, oyó el cantar
del chico a lo lejos y un golpe que la dejo encerrada, escucho un susurro al
otro lado de la puerta del armario y sintió un aliento perruno que la dejo
muda, no porque quiso, si no porque una fuerza animal la obligaba a hacerlo,
oyó como el chico entraba en la habitación y al ver que no había nadie allí
tiro lo que traía y se escucho como lloraba seguido de los pasos del lobo que
solo ella podía oír, ese lobo negro, enorme de ojos negros. Momentos después se
escucho como la piel humana se desgarraba bajo las garras del terrible ser, acompañados de aullidos de
placer de parte del animal y aullidos de dolor de parte del humano.
El chico estaba arrodillado en el suelo, cubriéndose la cara con una
mano y sosteniéndose del marco de la puerta con su otra mano, y lloraba más;
sintió la presencia de alguien, levanto su cabeza y vio a la chica sentada en
las manchas de sangre, con rasguños en las piernas, rasguños que comenzaban a
cicatrizarse.
Anthony se levanto y salió de ahí caminando por el pasillo diciéndose:
-No es real… sabes que no es real…
La chica corrió tras de él abrazándolo fuerte por su espalda y rogándole
ayuda, él lloro y grito diciéndole:
-Aléjate, por favor vete de aquí-la chica lo abrazo muy fuerte y luego…
Fuego y pasos viniendo desde la habitación de sus padres, otra vez el
lobo caminando lentamente con una sonrisa macabra, dejando ver sus garras
ensangrentadas y el lobo siguió sonriendo. El Arcanine de Anthony fue hacia a é,
cubriéndolo y enfrentándose a la bestia negra, cuyos tamaños eran iguales.
-¡Arcanine vete…!-era tarde, su amigo ya había saltado sobre el lobo
errando una mordida hacia el cuello dejando clavar sus colmillos en sus
costados.
La asustada chica lo abrazó muy fuerte temblando y llorando. Los dos
lloran… él la deja ahí yendo hacia su amigo y recibe un rasguño, las lágrimas
de la chica caen lentamente por sus mejillas, asustada abraza al chico y se
quedan juntos en el suelo, se abrazan más fuerte y las lagrimas de ella
comienzan a tocar las heridas de Anthony haciendo que se cicatricen lentamente.
El chico busca entre sus bolsillos asustados por la situación y al ver
sus heridas curarse mágicamente, logra encontrar la Pokeball y deja salir a su Poliwag,
dándole la orden de que apague el fuego.
Mientras tanto el lobo y su Arcanine siguen luchando, Arcanine estaba
muy mal herido. Anthony logró darse cuenta de que todavía tenía la ball de su
amigo en la mano, pensó algo que no había pensado y rápidamente lo metió en su
Pokeball. El lobo enfureció y salto directo a la chica, dejándola boca arriba
en el suelo lamiéndole su cuello lentamente, ella llora tristemente mientras el
lobo sonríe. Una energía dentro del chico despertó, y se abalanzo sin dudarlo
sobre el repugnante animal, dándole una embestida cuyas fuerzas no eran las de
alguien normal, el lobo cayó enfurecido y se levantó con una mirada de fuego.
-No la tendrás jamás-ruge el chico poniéndose frente a la chica
cubriéndola.
La bestia salta sobre él dejándolo en el suelo sosteniendo sus brazos
con sus pantas delanteras, a punto de darle la mordida de la muerte que todo
animal tiene en su instinto, colocando su hocico abierto en el cuello,
Presionando lentamente, disfrutando cada segundo, hace presión
demostrándole de lo que era capaz, dejando unas marcas leves en su cuello, el
lobo cierra los ojos sonriendo y se oye una fuerte explosión.
***
Un suspiro se oye en la casi total oscuridad del pasillo, el chico se da
vuelta mirando hacia un lado ve los vidrios
en todo el suelo, cenizas en el cuarto de sus padres y sangre por todas
partes. Su Arcanine había escapado de su Pokeball para quedarse juntos mientras
se desangraban, Anthony lloraba, sabiendo que tal vez este sería el final, que
su vida podría acabar sin haber logrado nada. Recordó a su familia, a sus otros
Pokémon, miro a su Arcanine, las heridas que había sufrido por su culpa, el
perro siempre fue fiel a él, Moriría con su amo y aun así moriría con orgullo.
Recordó a la chica y sus lágrimas brotaron de sus ojos como una cascada, sus lágrimas
irritaban su piel ensangrentada. Intento levantarse pero no pudo hacerlo,
estaba demasiado débil, así que solo cerró sus ojos, respirando como si cada
respiro fuese el último, dejándose ir. El aire se volvió frio y de su
habitación se veía como la débil luz del amanecer estaba a punto de invadir
todo el lugar, recordó su gran ventana, que sus padres habían hecho para él. Siguió
llorando sintiendo el calor de los reflejos, hasta que sintió unos pasos, era
su padre que estiro su mano para levantarlo, el chico intento tomarla sin
lograrlo pero una flecha atravesó a su padre, encendiéndolo en fuego, y se convirtió
cenizas otra vez… Al final del pasillo estaba la chica con un arco de plata,
que al ser bañado por los rayos del sol desapareció entre sus manos. Fue ahí
cuando el chico consiguió una fuerza distinta, logrando sentarse, y su cuerpo
se cubrió de sangre lentamente, cerró los ojos, dejándose caer lentamente como
si el tiempo se detuviera para dejarlo reposando en el suelo dulcemente, y dejo
de respirar…
Abrió los ojos más tarde, estaba en su cama y su cuarto era un desastre,
el sol ya no se estaba asomando por la ventana, era pasado el mediodía, y la
chica estaba junto a él curándole las heridas. La chica sonrió al ver que
despertaba y la abrazo fuerte, se abrazaron fuerte entre los dos, él lloraba
confundido y luego escucho unos pasos en la escalera, y el Arcanine a su lado
levanto las orejas, al parecer ella lo había curado también, o por lo menos fue
lo único que pudo pensar en ese momento.
La chica volteo a mirar la puerta y alguien entro, era uno de sus
vecinos, y se asusto, al ver todo el desastre y la sangre, se acerco a la cama tomándolo
por uno de sus brazos y comenzó a gritarle cosas que él no comprendió, estaba
confundido, no sabía que pasaba, ella ya no estaba ahí.
-¿Dónde estás?... Bonita, vuelve ¿donde estas?-dijo Anthony mientras
comenzaba a desvanecerse
El vecino lo sacudía desesperado. Él se soltó y se levanto corriendo
hacia la ventana, mirando a lo lejos gritando el nombre de la chica que ella
jamás lo había dicho, aun así lo sabía, porque lo sabia eso es algo que no
entendió, pero lo sabía y la llamaba.
Se levanto y fue hacia la ventana, mirando a lo lejos, gritando el
nombre de la joven, su vecino hacia una llamada mientras él lloraba buscándola,
quiso saltar para correr tras ella, sentía que estaba por ahí, sabía que debía
estar en algún lado y tenía que ir con ella; desesperado intento saltar por el
balcón, pero el hombre lo tomo por su espalda antes de que callera, y le grito
más y más pero no pudo escuchar, el señor mayor, amigo de sus padres, fue al
armario y lo vistió como pudo, lo hizo bajar con su Arcanine llevándolo hacia
lo que parecía una ambulancia, unos hombres de batas blancas le colocaron un
chaleco de fuerza, y a su perro lo amordazaron. Los colocaron en el camión, era
un camión del psiquiátrico, todo era confuso para él.
Sentía como conducían durante horas, hasta llegar a un enorme lugar,
viejo arruinado, de un enorme y tétrico jardín. La gente caminaba por ahí con
chalecos de fuerza, otros tomaban el té y conversaban con alguien inexistente
en ese jardín, había seguridad rodeando los muros del lugar, todos estaban
locos, excepto él, sabía que no lo estaba, era totalmente injusto que lo
llevaran allí.
Paso una semana en ese asqueroso lugar. Había dejado de comer. Estaba mucho
más flaco, y no vio a su amigo canino, solo dos veces, el también estaba mal,
estaba desesperado, soñaba con esa chica de la cual se había enamorado, no
sabía si la volvería a ver, si pasaría el resto de su vida aquí, entre cuatro
mugrosas paredes blancas. Necesitaba encontrarla, necesitaba llamarla, pero no
sabía cómo…
Al séptimo día, apoyado contra una de las paredes, mirando la luna llena
a través de la ventana colocada en el techo, sintió que se angustiaba al sentir
como la luna lo bañaba con su suave luz, y comenzó a llorar, lleno de melancolía.
Pronuncio el nombre de la chica mirando fijamente la luna entre lágrimas
cerrando los ojos. Sintió como alguien tomaba su mejilla, y con el pulgar comenzaba
a limpiar sus lágrimas… Seguía con los ojos cerrados, mientras su cuerpo era
invadido por felicidad y miedo hasta que sintió los labios conocidos de esa
chica tocando los suyos, se alegro durante el momento, y al final del beso
sintió como la chica apoyaba la cabeza en su pecho, abrió los ojos temiendo que
no fuera un sueño, y allí estaba ella, desnuda… con su melena cubriendo sus
cuerpos, pero feliz.
-Jazmine...
Luego de ese dulce silencio, juntos. El rugido metálico de un Skarmory
interrumpió el silencio.
Vio como los cristales de la ventana en el techo caían a modo de cámara
lenta mientras el ave se metía en la habitación. La chica sin preocupación saco
el chaleco de fuerza del joven, bastante sucio después de una semana y lo ayudo
a subir al pájaro de hierro. Volaron por la ventana abrazados, y salieron del
repugnante lugar.
Antes del amanecer llegaron al bosque, su Arcanine lo estaba esperando
allí junto al Mygthiena de la chica. Durante la salida del sol, los rayos
comenzaron a acariciarlos, bañándolos en un delicioso calor, se besaron de
forma apasionada mientras los primeros rayos del día los iluminaban
alegremente, luego, tomados de las manos caminaron dirigidos por la chica. Se
adentraron profundos en el bosque, hasta llegar a una cabaña, parecía habitada,
pero dentro no había nadie.
-Aquí vivo- le dijo ella con una sonrisita corriendo desnuda bajo las
espinas de pino subiendo los escalones de la rustica cabaña.
-Es muy bonito je - se acerco a ella tímidamente y la tomo de su mano dándole un pequeño beso.
-Tú eres bonito- le sonrió ella y lo abrazo fuerte.
-Bueno… yo… eeh…-el chico tartamudeo nervioso y ella lo beso para que se
callara.
-Mejor entremos-dijo Jazmine abriendo la puerta y entrando una sala con
una chimenea, un sofá, una cocina al otro lado con una mesa, y una puerta de
color rojo.
Anthony caminó por el lugar, recorriendo todo, era un lugar acogedor, la
chica se acerco a la puerta roja e inmediatamente cambio a un color castaño, y
la abrió sonriéndole al chico y entrando, el chico la siguió. Era una
habitación grande, muy grande comparada con el tamaño que se veía por fuera.
Las paredes del cuarto eran color amarillo tostado, con una franja color marrón
oscuro, una cama grande, y de apariencia esponjosa; y todo el cuarto decorado
con cosas al estilo antiguo.
El chico fue hacia el librero, tocando los libros, viendo enciclopedias,
de seres mágicos, de Pokémon’s y demás… Ella se sentó en la cama mirándolo, con
una sonrisa.
-Espero que te sientas a gusto Anthony-le sonrió y se hizo hacia atrás,
quedando acostada, ronroneando feliz y cómoda.
Él fue hacia ella y se acostó encima, sin hacerle peso, la chica comenzó
a besarlo, y a acariciar su pecho, abrazándolo y besándolo apasionadamente,
haciendo que dieran la vuelta, invirtiéndose las posiciones, ella estaba
desnuda sobre él y le besaba su cuello y sacándole su camisa, el estaba
nervioso… pero le gustaba…
Acariciaba la espalda de la chica y se excitaba cada vez más, un bulto
crecía en su entrepierna y ella lo sabía, besaba su pecho, luego su abdomen y
luego sus pantalones, en donde estaba su bulto. Ella lo miraba con una sonrisa
traviesa, mientras bajaba sus pantalones lentamente, él se sonrojaba, se
sonrojaban y se ponían nerviosos: él jamás había estado con una chica, ni si
quiera un beso y ahora... una chica estaba sobre él... desnuda... a punto de...
Y sintió como la chica bajaba sus bóxers negros y tomaba su pene con sus suaves
manos, lo acariciaba despacio, soltó un gemido, se sentía bien. Jazmine se
sonrojo al igual que él, y comenzó a masturbarlo, haciéndolo crecer por
completo... era tan grande... Bajo su cabeza despacio, y le dio una lamida al
glande, Anthony se retorció sonrojándose, ella retiro su lengua y lo miro,
temiendo haber hecho algo mal, pero él se estiro y puso su mano en la mejilla
de ella, y le sonrió diciendo:
-Continua...-siguió sonriendo, colocando sus brazos cruzados bajo su
cabeza mientras la chica metía la punta del pene en su boca, dándole lamidas
por dentro, saboreando.
Era algo nuevo para los dos. Jazmine estuvo jugando con su pene y su boca mamándolo, el estaba tan excitado, ella tragaba todas las gotas de pre que sacaba, hasta que luego de más de una hora, se volvieron largos chorros de semen tibio que entraban en su boca, ella lo disfrutaba, y lo trago feliz.
Era algo nuevo para los dos. Jazmine estuvo jugando con su pene y su boca mamándolo, el estaba tan excitado, ella tragaba todas las gotas de pre que sacaba, hasta que luego de más de una hora, se volvieron largos chorros de semen tibio que entraban en su boca, ella lo disfrutaba, y lo trago feliz.
Miro a Anthony agitada, y él se sentó, ella también lo hizo mientras
tocaba su pene que seguía duro, y le sonrío.
Jazmine se acostó en la cama. Anthony La miro, se veía muy linda... inocente
en cierta forma... parecía una niña, eran sus ojos tal vez, porque su cuerpo no
lo era.
Se puso a su lado y la beso, sintió el sabor de su pene en la boca de
Jazmine y juntos soltaron una risita. Beso ahora su cuello y bajo hasta uno de
sus pechos, le dio una lamida y luego fue a uno de sus pezones, eran oscuros, y
estaban duros... puso su boca en uno de ellos y comenzó a chupar y lamerlo, jugueteando,
mientras ella lo masturbaba despacio con su mano, y el bajo por su estomago,
llegando a su vagina suave, sin ningún pelito que molestara en su lengua, se veía
y sentía tan suave, levanto sus piernas y la vio, algo que nunca quiso mirar
desde que la conoció, estaba mojada y se relamió. Comenzó a chupar su clítoris
despacio, dándole lamidas y con sus dedos abriendo su húmedo huequito, bajó. Y comenzó
ahora a chupar ese pequeño lugarcito cálido, ese sabor.... le fascino.
Estuvo lamiendo su vagina durante un rato, la chica estaba muy excitada
y era la primera vez para ella y no duro mucho, Anthony rio sonriéndole y la
beso, otra vez esa risita al sentir el sabor de sus entrepiernas mezclándose en
sus bocas. Anthony se sonrojo mucho al oír que la chica susurraba:
-Con cuidado por favor… es mi primera vez- y se sonrojaban los dos, su
pene estaba tan erecto, era muy grande, no quería lastimarla, pero la chica se
lo pedía con deseo a través de su mirada.
Era un placer tenerla acostada de esa forma, sabía que entrar sería
mucho mejor, aun así tenía miedo, apenas habían logrado entrar dos de sus
dedos, no quería lastimarla…
Pero el placer lo dominó, y se puso sobre Jazmine acomodando su pene en
es delicado agujerito, estaba tan tibio, casi caliente y saco un chorrito de
pre dentro de ella y se sonrojó al notar lo nervioso que estaba. Así que se
apoyo en ella dándole un beso apasionada y dio una fuerte embestida,
penetrándola. Su pene no logro entrar por completo, aun así los dos dieron un
largo gemido de dolor y luego otro gemido y otro, hasta que los gemidos se
volvieron de placer con cada embestida, abriéndola cada vez más, hasta meter su
pene por completo. Siguió penetrando y Jazmine seguía gimiendo, sus gemidos
juntos sonaban en la habitación como una canción, él la besaba a veces pero el
placer era fuerte y no podían contener sus gemidos. Anthony sintió su pene un
poco más apretado en la vagina de ella, que seguía agitada, dando gemidos y más
gemidos al sentir como él la penetraba. Luego de lo que fue poco más de una
hora, su pene estaba muy hinchado, siguió penetrando y sentía un placer enorme
al igual que Jazmine y soltaron juntos los gemidos más fuerte que en ese cuarto
se habían escuchado y Anthony dejo salir muchos chorros de semen caliente en la
pequeña vagina de ella, se retorcía al ser llenada pero se sentía bien, lo
abrazo y se sonrojaron mucho abrazándose. El semen comenzó a salirse por los
lados, era demasiado y saco su pene acostándose a su lado, todavía abrazándola.
Se abrazaron felices y se volvieron a besar, seguían tan excitados así que
siguieron acariciándose, masturbándose el uno al otro hasta quedarse dormidos,
solo que... él todavía tenía el pene dentro de Jazmine cuando se durmieron,
estaban unidos, en todos los sentidos...
Anthony
se despertó con una gran erección y se dio cuenta de que Jazmine ya había
despertado, y se penetraba lentamente soltando unos dulces gemiditos, la
penetro y ella dejo de hacerlo avergonzada, no se había dado cuenta de que
estaba despierto y se sintió más avergonzada por hacerle eso mientras dormía,
pero siguieron haciéndolo hasta que saco su pene, todavía grande y le susurro:
-Ponte
en cuatro preciosa-ella lo hizo juguetonamente, se veía tan hermosa en esa posición,
tan penetrable. Anthony bajo su cabeza y con las manos abrió sus nalgas
redondas, y comenzó a lamer su entrada, lubricándola con su lengua y ella gimió
sonrojándose-no esperaba eso je je. Me gusta- y se relajo. Mientras se ponía
sobre ella y dio una embestida, metiendo todo el pene dentro de su ano. Era muy
apretado y a los dos les encanto.
Anthony
penetro duro pero con dulzura a Jazmine durante casi una hora. El la masturbaba
con sus manos, acariciando su clítoris, penetrando su entrada y dio una fuerte
embestida llenándola de semen por segunda vez, sin dejar de mover sus dedos en
la vagina de la deliciosa chica, y ella tuvo un orgasmo delicioso como el de él.
Se
acariciaron otra vez, tanto tiempo sin haber tenido nada, seguían excitados
pero solo se acostaron, abrazados, masturbándose suavemente el uno al otro, y así
estuvieron hasta el mediodía, luego ella le llevo el desayuno, fue un día
normal, un hermoso día que jamás iban a olvidar.